lunes, agosto 11, 2025
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La pasión de Chaikovski en Temporada Sinfónica 2025

[Cada uno de los artículos de esta temporada se los dedico a José Rafael Lantigua; extrañaré sus sabios comentarios]Inicia la Temporada Sinfónica 2025 el miércoles 13 de agosto, con cinco conciertos, uno de los cuales será un concierto fuera de abono, la Gala de Ganadores del Concurso Internacional de Piano de Santander.Todos los conciertos, incluyendo la gala, presentan obras del ruso Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) en su honor. Y es que este 2025 se cumplen 185 años del nacimiento del compositor y 150 años del estreno mundial en Boston de su primer concierto para piano.Concierto inauguralEn esta noche inaugural, en el pódium estará el titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, Maestro José Antonio Molina, y la solista será una dominicana que ha paseado orgullosamente su nacionalidad, profesionalidad, elegancia y encanto en los principales teatros fuera de nuestro país. Nos brindará en esta noche el formidable concierto para violín en re mayor, op. 61 de Ludwig van Beethoven (Bonn 1770/Viena 1827). Aisha Syed ha ganado el reconocimiento de la crítica internacional en cada una de sus presentaciones, que toca regularmente con valiosos violines como un Stradivarius del año 1690.Para este concierto, la solista no solo tiene que ser una gran intérprete, sino también un gran ser humano, y Aisha Syed ha probado a través de su carrera que es ambas cosas. Compuesto en 1806 por encargo de Franz Clement, concertino y director de la Ópera de Viena, fue estrenado por el propio Clement. Según la historia, la obra no estuvo completa hasta poco antes de su estreno y no obtuvo el mejor de los recibimientos por parte del público prácticamente por vez primera. A esta obra le tomó una generación, o más, su florecimiento. Su aceptación vino de la mano del violinista Josep Joachim, de trece años, en Londres en 1844, con Félix Mendelssohn al frente de la orquesta. A partir de entonces se convirtió en obra habitual del repertorio de conciertos.Actualmente, se puede considerar el mejor de todos los conciertos para violín jamás escrito, obra cumbre del género, a pesar de que la parte del violín solista es extremadamente difícil y exige del intérprete un legato impecable y la capacidad de transmitir un sentimiento profundamente espiritual en los dos primeros movimientos.El final, el tercer movimiento, es sencillamente genial: Allegro ma non troppo: cuatro golpes suaves del tímpani preceden a la introducción de la orquesta. La entrada del solista se hace esperar, permitiendo alcanzar una solemne grandiosidad. Concluye con una “cadenza” de vibrante virtuosismo. Al Beethoven no dejar cadencias escritas, cada solista desde Joachim ha compuesto su propio conjunto. La que más habitualmente suele utilizarse es la escrita por el violinista y compositor Fritz Kreisler, extraordinaria. Larghetto: este movimiento podría emparentarse con las famosísimas romanzas para violín y orquesta. La atmósfera apacible da como resultado un conjunto reflexivo y ensoñador, maravillosamente acorde a la contrastante vivacidad del siguiente movimiento. Rondo (Allegro): el movimiento final, un animado Rondo, comienza inmediatamente. Beethoven guarda lo mejor para el final, ya que el pasaje más llamativo y virtuoso para el solista viene en este movimiento.Un cuarteto caribeñoA continuación, escucharemos el cuarteto de cuerdas o Cuarteto Caribeño, de la autoría del Maestro José Antonio Molina (1960) y dedicado a sus padres, el compositor Papa Molina y la bailarina Josefina Miniño. Molina, cuando habla de este cuarteto, dice que a ellos debe el haber conocido los géneros folclóricos de nuestra tierra, tan presentes en sus composiciones. Originalmente fue compuesto en 1995 en New York por encargo del Dillier-Quaile String Quartett. Más tarde, el propio compositor, que además de director y pianista es un aventajado arreglista, llevó el cuarteto a versión para orquesta de cuerdas. Tres movimientos lo forman: Saoco, inspirado en el son cubano; Vuela, sarambo vuela, un canto al mar y la tierra caribeña, y sobre todo al sol que nos toca cada día; y la Danza Típica.Obertura Fantasía sobre Romeo y JulietaLas historias de amores trágicos siempre estuvieron presentes en la vida de Chaikovski y la obra de Shakespeare Romeo y Julieta no fue una excepción. En 1869, Tchaikovsky compuso la Obertura Fantasía, una visión totalmente abstracta de la tragedia. Con una duración escasa de veinte minutos, esta obra no muestra ninguna escena concreta de la obra más conocida de Shakespeare, sino que extrae su esencia y la expande como el aroma de un perfume, en una pasional confrontación de temas.La tragedia de Shakespeare y la torturada vida personal de Tchaikovsky chocaron para producir esta obra maestra tenazmente construida que lleva la narración de Shakespeare en melodías que son a la vez desesperadamente dramáticas y dolorosamente bellas. La obertura abre con una larga introducción antes de presentar sus dos grupos temáticos principales: la música opresivamente brutal que representa el conflicto entre los Capuleto y los Montesco, y un tema de amor arrebatador para Romeo y Julieta.La segunda parte de este tema se interrumpe con la música de las familias en guerra, ya que el amor de Romeo y Julieta se ve aplastado por el odio de las dos familias. Entonces llega una sombría versión del tema del amor y se convierte en una música serena, terminando la pieza con una nota triunfal que parece de otro mundo.Aunque el compositor la ha denominado “Obertura-Fantasía”, el diseño general es un poema sinfónico en forma de sonata con una introducción y un epílogo.Iniciamos esta temporada con ilusión, con programas bien estructurados, un bálsamo en esta convulsa ciudad. No dejes de asistir y disfrutar. Leer más Aisha Syed: “Volver a Beethoven es un verdadero lujo”

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